19/9/10

Turismo por Braunschweig

En todo el tiempo que llevo en Braunschweig (la friolera de dos semanas), está haciendo un tiempo que oscila entre aceptable y excelente. Eso me ha permitido darme un paseo por la ciudad, aprovechando la necesidad de hacer algunas compras.
Estoy poco convencido de haber despertado curiosidad en algún lector del anterior post, asi que, aunque la información siga saliendo principalmente de la Wikipedia (que haría yo sin tí), he hecho algunas fotos para reflejar mejor lo que se pueda decir de esta ciudad.
Der Burglöwe
El símbolo que mejor puede representar a Braunschweig es el león. No creo que por estos lares haya habitado jamás tal felino, pero hemos de situarnos en el contexto de la Edad Media, en pleno apogeo del feudalismo. El león se asociaba al valor y al poder, como el depredador dominante de su hábitat. Y está estrechamente ligado a Heinrich der Löwe (Enrique el León, 1129-1195), duque de Sajonia y de Baviera, y fundador de esta ciudad y de Múnich, entre otras. Braunschweig era la capital de sus dominios y donde fijó su residencia estable hasta su muerte, lo que explica que dicha estatua se halle aquí y no en Múnich, que fue adquiriendo mayor importancia con el paso del tiempo hasta lo que es hoy. El león de Braunschweig es la primera estatua de bronce que se erigía por encima de los Alpes, y como dato curioso, la catedral se construyó después de la estatua, justo al lado.
Maqueta a escala del entorno de la catedral
Nuestro amigo Enrique poseía un vasto territorio, logrado por una mezcla de acciones políticas y militares, así como por herencias familiares y matrimoniales. Sus posesiones alcanzaban la costa del Báltico por el norte, y llegaban hasta los Alpes por el sur. Era primo de Federico Barbarroja (1122-1190), a quien ayudó en numerosas ocasiones a combatir a lombardos y a los poderes vaticanos. Por la vía matrimonial, estuvo casado con Clemencia de Zähringer (a través de quien adquirió territorios en Suabia (Schwaben o Schwabenland), lo que ahora se corresponde a una región repartida entre Baden-Wurtemberg y Baviera.
Su segundo matrimonio fue con Matilde, hermana de Ricardo Corazón de León (ese rey de Inglaterra que solo pasó 6 meses de su vida en la isla británica, pues era más normando que inglés).
Volvamos a la ciudad. Braunschweig está bañada por el río Oker, y situada en una amplia planicie, lo que la hace una ciudad ideal para desplazarse en bicicleta. Este medio de locomoción es, en toda la parte europea que queda por encima de los Pirineos, muy popular. Toda la ciudad dispone de carriles bici que se entrelazan con las aceras de peatones, las vías del tranvía y la calzada. Cruzar la calle aquí es algo muy serio, creedme.
Arquitectura tradicional
Una de las cosas que más me gusta del centro urbano de la mayoría de ciudades alemanas que conozco es su arquitectura. Es cierto que, durante la II Guerra Mundial, los cascos históricos de ciudades milenarias sufrieron enormes desperfectos, pero la reconstrucción se hizo, en muchos casos, siguiendo planos y materiales originales, de manera que el aire típico del medievo centroeuropeo se mantuvo.
Otra cosa que adoro es que el centro y la calle principal de compras sean peatonales. Por ahí circulan bicicletas y peatones nada más. Se gana en tiempo, en seguridad y en tranquilidad. ¿Os imagináis que toda la zona desde Gran Vía hasta el Palacio de Oriente fuera únicamente peatonal? Por ahora la calle Preciados, Huertas y Arenal lo son, si no hay nuevos tramos, y estaréis de acuerdo conmigo en que ahora se pasea de otra manera.
Casa Rizzi
El toque "moderno" de la ciudad lo da la casa Rizzi, conjunto de 5 edificios decorados con pinturas pop-art. Está situado junto al Palacio (Schloss), magníficamente restaurado en fechas recientes (2007), tras su casi completa destrucción en la II Guerra Mundial.

Braunschweiger Schloss

Bueno, por hoy creo que es suficiente. Gracias por leerme, si es que habéis llegado hasta aquí. :-)

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